La muerte joven

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Hendrix se ahogó

Cobain se disparó

Curtis se colgó

Joplin se picó

Drake se empastilló

Tanguito se cayó

Moura se contagió

Ricky se tiró

A mí por suerte

me gusta el chamamé

NJI (2010)

Histeria Argentina (1810-2010)

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Somos el virreinato sin la Plata
el Cabildo mutilado
derechos y humanos

Somos rifle y revolución
Carne de cañón
Balas perdidas

Somos reyes y reinas
Aguafuertes porteñas
Lugano y Recoleta

Somos campeones del mundo
San Martines sin rumbo
Mafaldas y Susanitas

Somos manos de Dios,
pies de barro,
alambres atados

Somos bichos y bolitas,
tecnos y fieritas
bizcochitos de grasa

Somos cumbia y Cumbio
tango y arrabal,
Rock and roll artificial

Somos famas y cronopios
Túneles y rayuelas
Héroes sin tumba

Somos AMIA, LAPA Y ESMA
Bombas en Plaza de Mayo,
cámaras ocultas

Somos Cabezas y Bulacio,
Cromañones de exportación
30 mil + 1

Somos boletos capicúas
dadores de sangre
corresponsales del shopping

Somos la Guia T
el 15- adelante
asados fiados

Somos peronchos y radichetas
punteros sin campeonatos
el chori y la coca

Somos el boca de urna,
votos cantados y desafinados,
la casa en desorden

Somos equilibristas del sueldo,
el registro por puntos
y las manos mágicas

Somos Buenos Aires queridos
Más malos que buenos
Más humos que aires

Somos sudakas y argentos
Morbo y pavimento
Causa y defecto

Somos la Capital Federal
Más porteña que federal,
más deudas que capital

NJI

El mundo entre las manos

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¿Cuánto pagarías por un vinilo de Almendra autografiado por Spinetta? A 40 años de la grabación del disco (según los créditos, fue entre enero y septiembre de 1969), el payasito de la tapa no acusa ni una sola arruga. El ojo, la lágrima y la sopapa, todo sigue estando en su lugar. Laura, Fermín, Ana, el niño dormido y la Muchacha (ojos de papel), también.

Una vez quise conocer a esa chica, me acuerdo, y empecé a buscar en la guía telefónica (en la época donde todavía se usaba eso). Sabía su nombre verdadero: Cristina Bustamante. Había unos 20 nombres. Llamé a todos, pero no tuve mucho éxito. Igual, ¿Qué iba a decirle? ¿"Hola, vos sos la Muchacha Ojos de Papel"? ¿"Vos sos la de la canción de Almendra"? No. Malísimo. ¿Y si no tenía voz de gorrión, ni pechos de miel? Hubiera sido un golpe tremendo, un cross de derecha a la mandíbula de mi adolescencia.

Una vez le pregunté a Emilio Del Guercio sobre ella, en una entrevista que le hice en su casa de Bajo Belgrano, porque él había sido el cupido que se la presentó a su amigo Luis, en esos años de guitarras con acné, a fines de los '60. "La verdad, no sé si hice bien o mal...", me confesó, medio en broma, medio en serio, y cerró la frase con esos tres puntos suspensivos. Por lo lindo que fue al comienzo, se refería, y por lo triste que terminó la historia después (chequear "Blues de Cris", del primer disco de Pescado Rabioso).

Ante la fama del LP debut, el segundo disco (Almendra 2) quedó solapado en la historia. Pero era mucho más ambicioso, más desprolijo, más desparejo que el primero. Para mí es el Álbum Blanco argentino. Tenía rocanroles como "Rutas Argentinas" (La 25 te hace un disco entero sólo con ese tema), "Mestizo" y "Parvas". En la vereda de enfrente, otros más relajados, como "Para ir", "Vete de mi cuervo negro" y "Los Elefantes". Tres temas que no tenían nada que envidiarle a nadie: tranquilamente podrían haber competido contra "Color Humano" o "Figuración" en un concurso de belleza y sacar el primer puesto.

Almendra 2 me lo compré en un festival, alguno de esos "Pirulito" Rock, en los puestos de discos que ofrecen supuestos descuentos (pertenecer, parecía ahí, tenía sus privilegios). Me dieron una de esas ediciones CD de caja cartón, símil vinilo, que no traen ni las letras. Me salió 9 pesos. Nada. Un Belgrano, dos San Martines. Nada. Una de las mejores inversiones de mi vida. Fue como tener el mundo entre las manos. O -en este caso- dos mundos.


NJI