que hace demasiado frío.
Con guantes.
Con bufanda.
Con imaginación.
Hagamos de cuenta
que somos esquimales
y que nuestra cama es un iglú.
O no.
Mejor una cueva de hielo
con estalactitas colgando del techo.
Tiritemos,
larguemos humito por la boca.
Cojamos adentro de la heladera,
derritamos todas las cubeteras del mundo.
Cojamos en un frigorífico
entre reses y faenas
con Amy Winehouse de fondo.
Rompamos las cadenas de frío
que nos atan y seamos libres,
que hasta el más duro de los inviernos
se descuida alguna vez.
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