mientras enjuago
mis lentes de contacto
con solución salina
imagino
que vos también
estás enjuagando las tuyas
en algún rincón
de esta ciudad
pienso,
en el árbol que chocaste
los amores que perdiste
el kentucky que te esperé
el pool que nunca jugamos
y siento,
desde lo más profundo
de mi jarra de cerveza,
que todos tus defectos
son tus mejores virtudes
escucho,
de tu acné juvenil
el maldito rocután
tus anteojos de 3º grado
y tus aparatos fijos
yo te cuento
que una vez jugué
al juego de la copa
invocando al fantasma
de joey ramone,
que no terminé salita de cuatro,
que soy cinturón negro
de taekwondo
y que trabajé de cadete
una semana
caminamos por la calle borges
senderos que se bifurcan por palermo
hasta plaza serrano
vamos haciendo chiva calenchu
con la musiquita de dr house
como banda de sonido
no me olvido
-que conste-
del vuelto del diarero
el final de match point
los chasquibum de las fiestas
el ping pong en san bernardo
y el pump it up
miro,
tu nokia 1100
con un ringtone medio mersa
la linterna y
el juego de la viborita
me encanta
que te escribas en la muñeca
con marcador negro
las cosas que tenés que memorizar
sueño,
con invitarte una fainá en guerrín
y verte tocar la les paul de tu viejo:
quizás no lo sepas todavía
pero vos naciste
para cantar temas de wilco
entonces,
cuando la noche cierra el telón,
pienso, escucho, miro y siento
que somos dos mozos atolondrados
-como los de este bar-
derramando birra por todas partes
y que en estos días
de corazones rotos
la vida se va sin pagarnos la cuenta
ni dejarnos propina
Nicolás Igarzábal
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1 caracoles:
Me sentí muy identificado en la parte del rocután, más alla de eso una exquisitez la estilística del poema. Terminé acá por la recomendación de Walas de tu libro.
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